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¿Tenemos un estilo propio? y ¿en que grado las redes sociales distorsionan nuestra identidad?

¿Tenemos un estilo propio? y ¿en que grado las redes sociales distorsionan nuestra identidad?

En una sociedad cada vez más globalizada y orientada al consumo, la necesidad de encontrar un estilo propio y auténtico se ha convertido en un acto de resistencia frente a la uniformidad que promueven las tendencias efímeras y el fast fashion. La moda, como expresión de la identidad, tiene una larga historia enraizada en el deseo humano de comunicarse sin palabras, de proyectar valores y aspiraciones. Sin embargo, en la época contemporánea, este lenguaje se ha distorsionado, perdiendo su profundidad y convirtiéndose en un mecanismo de consumo rápido y desechable.

El fast fashion, caracterizado por la producción masiva de ropa a bajo costo, no solo ha acelerado el ciclo de tendencias, sino que también ha contribuido a una homogeneización del estilo. Plataformas como TikTok han exacerbado este fenómeno, promoviendo microtendencias que cambian en cuestión de semanas. En el último año, hemos visto la explosión de estéticas como el "Barbiecore", inspirado por la película de Greta Gerwig, el regreso del "Mermaidcore" con su paleta de colores perlados y texturas fluidas, y la popularización del "Gorpcore", que mezcla prendas utilitarias con un enfoque casi nostálgico hacia la naturaleza. Estas corrientes, aunque efímeras, ilustran un deseo colectivo de pertenecer, de reinterpretar y de jugar con la moda. Sin embargo, también plantean una cuestión preocupante: ¿hasta qué punto estas tendencias reflejan nuestra verdadera identidad y no solo una adopción superficial de lo que se considera "en boga"?

En "La Filosofía de la Moda", Georg Simmel señala que la moda funciona como un equilibrio entre la necesidad de distinción individual y el deseo de pertenecer a un grupo. No obstante, en la época de la hiperconectividad, este equilibrio se tambalea. Los algoritmos priorizan aquello que es viral, relegando la creatividad personal a un segundo plano. Además, la presión de seguir el ritmo de estas tendencias rápidas no solo genera un impacto ambiental devastador, sino también una sensación de insatisfacción constante en los consumidores, quienes sienten que su guardarropa queda obsoleto en cuestión de días.

Para contrarrestar esta dinámica, resulta esencial reconsiderar el significado de un estilo propio. Diseñadores como Yohji Yamamoto y Rei Kawakubo han abogado por una moda que trascienda las tendencias, centrándose en la narrativa personal y en una estética que desafíe las convenciones. Yamamoto, en particular, ha dicho: "La moda no es para todos, sino para aquellos que tienen algo que decir." Esto subraya la importancia de construir un estilo que no solo sea visualmente atractivo, sino que también refleje nuestra esencia.

Mirando hacia el futuro, el movimiento hacia una moda más consciente y sostenible parece inevitable. Sin embargo, esta transición no solo dependerá de cambios en la industria, sino también de una transformación en nuestra relación con la ropa. Para empezar a consolidar un estilo propio, es fundamental adoptar un enfoque introspectivo y deliberado. Aquí algunos consejos:

  1. Conócete a ti mismo: Reflexiona sobre qué deseas comunicar con tu apariencia. Pregúntate cuáles son tus valores, tus intereses y cómo quieres que los demás te perciban. La moda es un lenguaje; aprende a articular tus ideas a través de ella.

  2. Invierte en calidad sobre cantidad: En lugar de acumular prendas de tendencia, prioriza piezas versátiles y de buena calidad que resistan el paso del tiempo. Como apuntó Vivienne Westwood: "Compra menos, elige bien, haz que dure."

  3. Analiza la historia de la moda: Comprender cómo los estilos han evolucionado a lo largo del tiempo puede ayudarte a identificar elementos que resuenen contigo y a reinterpretarlos de manera única.

  4. Experimenta con moderación: Si bien es emocionante probar nuevas estéticas, hazlo de manera consciente. Incorpora elementos de tendencia que se alineen con tu personalidad en lugar de adoptar un estilo completo que podría no ser genuino.

  5. Cuida los detalles: La autenticidad se refleja en los pequeños detalles, desde los accesorios hasta la manera en que combinas texturas y colores. Estos elementos pueden marcar la diferencia entre un estilo genérico y uno verdaderamente tuyo.

Adoptar un estilo propio es un viaje que requiere paciencia y autoconocimiento, pero también es un acto profundamente liberador. Al desvincularnos del frenesí de las tendencias, podemos redescubrir el verdadero propósito de la moda: celebrar nuestra individualidad y conectar con el mundo desde un lugar de autenticidad. En palabras de Coco Chanel: "La moda pasa; el estilo permanece." Al final, la clave no está en seguir ciegamente lo efímero, sino en construir un legado visual que perdure.